martes, 17 de noviembre de 2009

Podrida

Re podrida. Tengo que llamar a la médica con la que hicimos la inseminación y no tengo ganas. Otra vez la estimulación ovárica - que nunca entiendo para qué es, porque yo óvulo perfectamente y mis folículos tienen un tamaño que está más que bien, mi endometrio lo mismo, etc,etc. Otra vez la ecografía para que la médica me diga "qué bien, mirá todos los folículos que tenés, 22, 23, un tamaño bárbaro" Después, pagar un telo para tomar la muestra, llevarla al laboratorio con esas bestias cuadradas que delante de la vieja que se vino a sacar sangre para saber cómo está del colesterol te gritan "¿quién está para entregar muestra de semen?" No sabes si cagarla a trompadas o hacer como que no pasó nada y ya. Otra vez el cafecito, esperando casi dos horas hasta que está la muestra, pasar a buscar la muestra, llevarla en algún lugar "calentito" para que no se pierda el calor, para llegar a la clínica y que la médica te diga que no pasa nada, que eso del calorcito es cualquiera, que las muestras a veces quedan durante horas apoyadas en una mesada, y que si lo del calorcito fuera cierto no se le hubiese embarazado ninguna (sic) Otra vez pagar un montón de plata por un análisis de laboratorio y un procedimiento idéntico a un pap, que dura un minuto, pero que la prepaga no cubre, no sabemos por qué, no preguntamos por qué, pagamos - los que podemos por ahora - y a llorar a la iglesia. Otra vez el mes dividido en dos. Quince días sin levantar cosas pesadas, sin ir al gym, sin tomar remedios por las dudas, es decir, actuar como embarazada aunque no lo estés. Algo que te hace sentir una reverenda pelotuda, pero que si no haces, te invade la culpa a borbotones. En síntesis, llego a la conclusión: es evidente que mi marido y yo podemos pasar por esto porque nos amamos profundamente, porque nos entendemos, nos llevamos más que bien, nos apoyamos en todas las malas que pasaron. Digamos que para pasar por esto tenes que tener dinero, ganas, una relación de pareja entre muy buena y excelente y sobre todo, salud mental bastante equilibrada.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Y seguimos

Mi marido me dice (odio la frase, es de vieja mal) que tengo que separar el significado de las palabras, de la intención que pueda tener la persona que las dice. Está bien, puede ser. Pero si sabes que me hice una inseminación artificial, te digo que me indispuse y que no estoy bien, no me podés preguntar, "¿por qué no estás bien?" Es como mucho.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Día de furia

¿Sabes lo que siente una mujer cuando quiere quedar embarazada y no puede? Yo no lo sabía. Ahora la estoy pasando. Es una situación complicada. Nadie entiende nada, claro, nadie sabe nada, porque este es un tema tabú. Parece que una de cada cinco parejas tiene problemas para concebir un hijo en términos de tiempo "normales". Pero, ¿cómo? ¿si nadie habla del tema? Y como nadie habla, vos no hablás. Y te tenés que aguantar la falta de tacto que tiene la mayoría de las personas, y comerte la preguntita feliz "¿Y ustedes para cuándo?"
Estoy cansada, muy cansada. Y esto recién empieza. Hoy mi test de embarazo luego de haber realizado la primer inseminación artificial, dio negativo. Estoy triste, enojada, intolerante de lo injusto más que de costumbre. Y el blog me pareció una vía alternativa. Escribo más, puteo menos. O puteo en el blog, sin efectos vinculares nocivos.
Esto, también recién empieza. Ahí vamos.