lunes, 14 de diciembre de 2009

Esperando

Día 27, el peor de todos, el que no se termina nunca, el que vas veinte mil veces al baño para asegurarte que no ves nada de ningún color. Y encima, hace unos días, tuve un sangrado super leve, coincidiendo en fecha con el famoso sangrado de implantación. Eso me puso peor, porque me da esperanzas y aumenta mis expectativa. Algo que complica el duelo mensual si nuevamente no se da...
Yo estuve embarazada una vez. Pero no hubo implantación. La alegría duró 5 o 6 días. Y esa vez, me pasó esto que me está pasando ahora. Por eso es que estoy medio loca, con dolor de cabeza, tos, resfrío y todo lo que las bajas defensas puedan permitir.
El próximo post será para decir que por fin pude ver las dos rayitas, y festejar, o para decir que sigo esperando.
¿Tendré que rezarle a algún santito?

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